'
El colesterol es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, que causan casi el 40% de todas las muertes que se producen en España.
En primer lugar, debe diferenciarse el colesterol de la sangre, del colesterol de los alimentos.
El colesterol no siempre es malo, sino que también es necesario, ya que forma parte de la estructura de las membranas celulares de nuestro cuerpo. Es más, a partir de él se fabrican otras moléculas (la vitamina D, algunas hormonas y los ácidos biliares) de gran importancia para nuestro organismo.
Casi la mitad del colesterol que circula por nuestra sangre lo produce nuestro propio organismo de forma natural, y otra porción del colesterol lo obtenemos de los alimentos.
Sólo contienen colesterol los alimentos de origen animal, entre los que destacan vísceras, carnes y embutidos, nata y mantequilla, leche y huevos. A pesar de ello, hay algunas grasas vegetales que también tienen una gran capacidad para ayudar a elevar los niveles de colesterol y de triglicéridos: son las grasas de coco y de palma, utilizadas principalmente en pastelería industrial.
Según los expertos, para mantener una dieta saludable hay que limitar la ingesta de colesterol a menos de 300 mg/día.
Debe consumirse preferentemente grasa procedente del aceite de oliva, y aumentar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes naturales (alimentos vegetales en general), ya que estos antioxidantes, principalmente vitaminas y minerales, tienen la propiedad de reducir o impedir la oxidación de las partículas grasas y su posterior acumulación en las paredes de las arterias.
También se sabe que la fibra que contienen ciertos alimentos (frutas, legumbres y algas) tiene la facultad de captar ciertas sustancias a nivel intestinal (entre ellas el colesterol y las grasas) y de impedir su absorción.
En caso de colesterol elevado, la primera medida es seguir una dieta baja en grasas saturadas y colesterol (frutas, verduras, cereales, legumbres y pescado), y si así no es posible disminuir el colesterol, debe recurrirse a los fármacos que existen para reducirlo.