La lactancia materna no solo es beneficiosa para el bebé, también protege a la madre. Le ayuda a recuperarse en el postparto gracias a las hormonas que libera a la hora de dar de mamar. Una de las hormonas es la oxitocina, que entre otras cosas, reduce el sangrado postparto. Además, protege a la madre de sufrir cáncer de mama u ovario, diabetes y depresión post-parto.
A través de la leche materna, el bebé obtiene anticuerpos (células del sistema inmunitario) de la madre que le protegen frente a agentes patógenos. Los niños amamantados también tienen menos riesgo de padecer diabetes y sobrepeso. Además la composición de la leche materna va cambiando progresivamente a medida que el bebé crece.
En ningún caso, las leches infantiles van a ser mejores que la leche materna. Por muy completas que sean las leches infantiles de fórmula no contienen anticuerpos como la leche materna y no protegen a la madre y al bebé de determinadas enfermedades. Eso sí actualmente el aporte de energía y nutrientes de las leches infantiles aumenta a medida que el bebé crece. La alimentación de un recién nacido nada tiene que ver con la de un bebé que esté empezando a andar
Las leches en polvo para bebés se clasifican según la edad del niño a la que están destinadas y su composición y aporte energético varía en cada etapa del bebé.
Las leches del número 1 o leches de inicio están destinadas a alimentar al bebé desde el día que nace.
Las leches del número 2 o leches de continuación son para niños a partir de 6 meses, cuando se empieza a introducir alimentos poco a poco.
Las leches del número 3 o leches de crecimiento están formuladas para bebés mayores de 12 meses y sirven como transición a la leche de vaca.
Las leches más innovadoras incluyen diferentes nutrientes con el objetivo de imitar la leche materna y todos tienen misiones diferentes en el contexto del desarrollo del lactante.
Actualmente se incorporan a la leche para bebés AGPICL (ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga)
Los más destacables son el omega6 ( ácido linoleico) y el omega3 ( ácido alfalinolénico), dos ácidos grasos esenciales, que por tanto no pueden ser sintetizados por el organismo. Los derivados del linoleico y alfalinolénico más importantes son el ácido araquidónico (AA) y el ácido docosahexaenoico (DHA).
Se trata de un tipo de grasas especiales pues se trata de grasas que intervienen en la formación de estructuras. Intervienen en la formación del tejido neuronal , neurogénesis y mielinización. Intervienen en estructuras cerebrales relacionadas con la memoria y el aprendizaje. Su función en la retina es también relevante y asimismo son precursores de prostaglandinas y leucotrienos que tendrán un importante papel en aspectos tan trascendentales como la inmunidad, la coagulación y la presión arterial. También actúan en el intestino reduciendo la consistencia de las heces y minimizando el esfuerzo en la defecación y desempeñan un papel en el crecimiento, ayudando a la mineralización ósea.
Se trata de nutrientes básicos para el lactante porque está en un período de formación . Durante el desarrollo fetal se aportan a través de la placenta ácido araquidónico (AA) y ácido docosahexaenooico (DHA), de las series omega 6 y omega 3, respectivamente. También se aportan a través de la leche materna (especialmente el calostro es muy rico en ellos) y el hecho de aportarlos permite que primero el feto y luego el bebé no tengan que elaborarlos a partir de los precursores. Es, por tanto, primordial que los incorporen las leches de inicio y también las leches de continuación.
El enriquecimiento de las leches para recién nacidos con grasas que contengan betapalmitato es frecuente ya que favorece el número de deposiciones del lactante, así como también una reducción en la dureza de las heces.
También se incorporan prebióticos a las leches de fórmula
Los azúcares de la leche materna están constituidos , además de la lactosa, por pequeñas cantidades de oligosacáridos .Son principalmente galactooligosacáridos (GOS) que son azúcares presentes en pequeña proporción en la leche materna. Los oligosacáridos se consideran prebióticos, ingredientes selectivamente fermentables que provocan cambios específicos en la composición y/o actividad de la microflora gastrointestinal, lo cual les confiere propiedades beneficiosas para la salud y el bienestar del huésped.
Son capaces de favorecer la proliferación de la flora intestinal del colon. Reducen el crecimiento de microorganismos patógenos y reducen el riesgo de alergias y dermatitis atópica en el lactante, por un incremento en la concentración de bifidobacterias y lactobacillus.
Por todo ello, el enriquecimiento de las leches infantiles con estos nutrientes resulta fundamental
Evidentemente les adicionan probióticos ya que los probióticos son suplementos alimentarios microbianos vivos y Su principal acción consiste en modificar la flora intestinal del lactante y aumentar la concentración de bifidobacterias y lactobacillus ya presentes de forma natural en el intestino del lactante.
.Consiguen Modificar la absorción de nutrientes a través del intestino. Modular la respuesta inmunitaria y prevenir procesos infecciosos.
Suelen incorporar además zinc:
Los lactantes alimentados con leche materna no presentan déficit de este mineral. Un déficit de cinc incrementa la susceptibilidad a infecciones causadas por bacterias, virus y parásitos.
Respecto a las infecciones respiratorias, la suplementación de la alimentación con cinc reduce la incidencia de los procesos infecciosos de las vías respiratoria bajas y también ha demostrado ser beneficioso en niños con gastroenteritis aguda y crónica, tanto que es capaz de reducir la diarrea hasta en un 30% de los casos.
La suplementación de las leches para niños con vitamina A , vitamina E y selenio , por su efecto antioxidante reduce la frecuencia tanto de enfermedades graves, como de las menos graves. Por ello se recomienda adicionar estas vitaminas y el selenio en las leches para bebés en proporciones adecuadas.
Todas las leches están suplementadas con vitamina D, esencial para el crecimiento ya que en cualquier lactante, los depósitos de vitamina D son muy bajos al nacer y para asegurar una correcta regulación del calcio y una correcta velocidad en el crecimiento se hace necesaria una suplementación de la leche.
Carnitina y taurina son aminoácidos cuya suplementación en la leche está recomendada , sobre todo la taurina ya que aunque las funciones de la taurina son diversas es importante en el desarrollo del sistema nervioso central y de la retina. Desempeña, asimismo, un papel importante en el crecimiento y en el metabolismo biliar.
En los lactantes alimentados con fórmulas infantiles es esencial la suplementación con taurina para evitar situaciones carenciales.
La importancia de suplementar con nucleótidos :
Mientras que en leche de vaca este nutriente es casi despreciable, la leche humana tiene una alta concentración de nucleótidos.
La presencia de nucleótidos en la leche materna varía durante la lactancia, con una mayor concentración en su inicio, que se explica por su evidente efecto en el sistema inmunológico al estimular la inmunidad humoral y celular. Puesto que los requerimientos son altos para el lactante por su etapa de crecimiento, los nucleótidos pueden considerarse un nutriente semiesencial y resulta imprescindible su aporte externo.
Por su parte, la lactoferrina es una proteína quelante del hierro férrico incluida en la leche humana y que aporta hierro al lactante. Parte de esta proteína llega intacta al intestino grueso donde inhibe el crecimiento de bacterias patógenas .Por esta razón la administración de fórmulas infantiles suplementadas con lactoferrina estimula, junto con otros factores presentes en la leche, la flora intestinal bifidógena , contribuyendo al restablecimiento de un ecosistema favorable en el intestino.
La alfalactoalbúmina es una proteína que se adiciona a las fórmulas infantiles porque se considera una proteína de alto valor biológico, ya que en su composición cuenta con un alto contenido en aminoácidos esenciales, entre los que cabe destacar la concentración de triptófano y cisteína. El triptófano es precursor de la serotonina y la melatonina, moléculas fundamentales en el bienestar del bebé. La alfalactoalbúmina reduce el contenido proteico de las LECHES INFANTILES para acercarlo al de la leche materna sin perder la calidad de la proteína aportada y reduciendo a la vez la carga renal del lactante .Y además Favorece la inmunidad a muchos niveles.
Por último veamos porque se añaden inmunoglobulinas .
Las inmunoglobulinas son importantes en el organismo para la prevención y defensa frente a las INFECCIONES. Reconocen moléculas u organismos extraños, y se unen a ellos para facilitar su destrucción por las células del sistema de defensa. Durante el embarazo la madre transfiere IgG al feto, que tras el nacimiento le servirá de sistema de inmunidad pasiva como primera línea de defensa. Al lactante que no recibe leche materna se le puede aportar a través de la leche adaptada toda una serie de inmunoglobulinas lácteas procedentes de la leche de vaca .
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