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INMUNONUTRICIÓN: PROBIÓTICOS, PREBIÓTICOS Y SIMBIÓTICOS.
Las enfermedades crónicas están relacionadas con un mal funcionamiento del sistema inmunológico.
En los últimos años, han cobrado fuerza el concepto de alimentos funcionales, cuya característica principal es la de aportar un efecto beneficiosos para la salud, además de su valor nutricional.
Los probióticos, los prebióticos y los simbióticos forman parte de esta categoría de alimentos.
Se puede considerar el déficit nutricional como una causa del déficit inmunitario.
La inmunidad celular, se ve disminuida en la desnutrición. La inmunidad no específica también se ve afectada en la desnutrición. El concepto clásico de nutrición, entendido como la administración de calorías, proteínas y oligoelementos para mantener la función del organismo, ha pasado a la historia.
Los alimentos se componen de nutrientes que son sustancias, capaces de incidir en las funciones fisiológicas del individuo como el sistema inmunitario y desempeñan un papel fundamental en el campo de la prevención de enfermedades.
Se ha descubierto que en los alimentos existen otros muchos ingredientes que se relacionan con otras funciones muy importantes para el buen funcionamiento del organismo.
Los alimentos funcionales poseen la característica particular de que alguno de sus componentes, afecta a funciones diana del organismo, de manera positiva y promueve un efecto fisiológico más allá de su valor nutritivo.
El efecto positivo de un alimento funcional puede ser tanto su contribución en el mantenimiento de la salud como la reducción de padecer una determinada enfermedad.
Los probióticos son microorganismos vivos que al ser ingeridos, producen un efecto beneficioso al contribuir al equilibrio de la flora intestinal. Por otro lado, frenan la producción de otras bacterias.
Los efectos beneficiosos para la salud son múltiples: la protección frente a bacterias patógenas, la regulación de la función digestiva, la actividad inmunitaria moduladora y de prevención de la alergia a macromoléculas, actividad antitumoral y mejora la actividad lactásica en caso de la tercera edad.
Un prebiótico es un tipo especial de fibra dietética capaz de actuar como sustrato trófico específico de los probióticos. Los más empleados son la inulina y los galactoligosacáridos.
La inulina está formada por cadenas lineales de moléculas de fructuosa unidas por enlaces beta. Resiste la digestión en la parte superior del tracto intestinal, lo que evita su absorción.
Estimulan selectivamente el crecimiento de bifidobacterias, al tiempo que reducen la flora perjudicial.
Los simbióticos son alimentos que en su composición incluyen probióticos y prebióticos y potencian su efecto beneficioso para la salud intestinal. Por otra parte, los simbióticos son capaces de alterar la composición de la microflora del colon, reduciendo los procesos inflamatorios en la mucosa del intestino.
Numerosos estudios han demostrado que el consumo de fibra y probióticos parece ser una herramienta prometedora en la modulación del sistema inmunitario en diferentes poblaciones. La utilización de estos alimentos funcionales produce una modulación de la microflora, una mejora de la función barrera y efectos directos de las bacterias en diferentes tipos de células inmunes y epiteliales.
El establecimiento adecuado de la flora intestinal después del nacimiento es crucial en el desarrollo de un sistema inmunitario adaptativo e innato. La leche materna proporciona moléculas con actividad antimicrobiana. La actividad del sistema inmunitario y el desarrollo de la respuesta inmune de la mucosa a antígenos disminuyen con la edad.
Los prebióticos se han convertido en un arma relevante en la nutrición infantil. Los prebióticos pueden simular los efectos bifidogénicos de oligosacáridos de la leche materna y se ha demostrado que ejercen efectos a largo plazo para proteger contra la infección y reducir la incidencia de las alergias.
Los probióticos han proporcionado resultados positivos en la prevención y/o tratamiento de enfermedades infecciosas, diarrea asociada a antibióticos, entre otras. Los prebióticos como la inulina y la oligofructosa se han asociado con una reducción de la inflamación de la mucosa y pueden ofrecer una oportunidad para prevenir la enfermedad inflamatoria intestinal y otros trastornos inflamatorios de la mucosa.