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PROBLEMAS CUTÁNEOS EN LA ADOLESCENCIA:
El acné es el problema cutáneo por excelencia del adolescente.
Se trata de una alteración inflamatoria que afecta a las glándulas sebáceas asociadas al conducto folicular del pelo, y que cursa con obstrucción de los poros y aparición de lesiones cutáneas diversas.
En muchos casos, más de lo que sería deseable, estas lesiones van a provocar otras lesiones secundarias denominadas cicatrices.
El tratamiento se centra en reducir y regular la hipersecreción sebácea, evitar la obstrucción del canal folicular y mantener controlada la flora microbiana. Todo ello tiene como objetivo final evitar la aparición de estas cicatrices. Una de las claves del éxito del empleo de los productos dermofarmacéuticos es la constancia.
Entre las formulaciones tópicas se encuentran aquellas que contienen activos como los retinoides o el peróxido de benzoilo, aunque en algunos casos produce, la aparición de eritemas, descamaciones, etc.
Otros activos disponibles y clásicos en el tratamiento del acné son los queratolíticos y queratorreguladores como los alfa-hidroxiácidos, el ácido salicílico y la resorcina.
Cualquier tratamiento tópico no tendrá éxito si previamente no se ha limpiado minuciosamente la zona en la que debe aplicarse.
Conviene evitar el uso de cosméticos o cualquier otro producto de tratamiento formulado con componentes grasos o comedogénicos.
Por último, los parches o strips están destinados a eliminar los comedones abiertos, puntos negros o espinillas.
Los adolescentes sufren también un cambio del olor corporal que se incrementa tras la activación de las glándulas sudoríparas responsables del sudor.
Su localización, especialmente en palmas de manos, plantas de los pies, frente y axilas. El tratamiento del sudor axilar suele ser en forma de hidrogeles, que se aplican mediante el roll-on (bola), spray, nebulizadores, cremas o geles.
En cuanto a los preparados para eliminar el olor de los pies, se presentan en forma de polvos, para su aplicación directa en el pie, en cremas o geles.
La depilación es una de las técnicas cosméticas que empiezan a utilizarse en la adolescencia y continúan en la edad adulta. El objetivo es la eliminación, temporal o permanente, del vello que aparece en algunas zonas.
La depilación elimina solamente la zona aérea del pelo y se puede realizar mediante la rasuración, el afeitado o el corte o través de espuma, cremas o geles, y la epilación que extrae el vello totalmente, incluyendo el folículo piloso.
La epilación se puede realizar mediante unas pinzas, maquinillas eléctricas, las ceras calientes, tibias y frías y otros métodos permanentes (láser, fotodepilación).
Los tatuajes o los piercings se han puesto de moda entre los adolescentes . El riesgo de no exigir la normativa de que tiene que someterse a esas técnicas en centros que posean garantías higiénicas y que estén autorizadas por las autoridades sanitarias, puede conducir al contagio de enfermedades de transmisión sanguínea (hepatitis B y C) así como infecciones fúngicas y bacterianas.
Otro riesgo importante es la respuesta alérgica a los pigmentos utilizados en el tatuaje que contienen ingredientes no autorizados. Tradicionalmente, para deshacerse de un tatuaje se centraban a través de procedimientos como la dermoabrasión o la quimioabrasición.
En la actualidad el láser es la opción terapéutica más empleada. Respecto al piercing, su eliminación normalmente no representa un problema, aunque la cicatriz que queda puede llegar a ser permanente.