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Con el buen tiempo de verano llegan también los mosquitos y, desgraciadamente, sus picaduras.
Son varios los factores que influyen en la elección de sus víctimas: olor, color de la piel, edad, estado de salud, etc.
Y siempre son las hembras mosquito las encargadas de buscar sangre, ya que la necesitan para alimentar sus huevos. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que al amanecer y al anochecer el riesgo de picadura es mayor.
Para pasar un verano libre de picaduras, es importante llevar ropa que cubra todo nuestro cuerpo y tener muy presente que los mosquitos también pueden picar al nivel de los tobillos.
Los colores oscuros o demasiado brillantes en nuestras prendas no son una buena opción, ya que por lo general atraen a los insectos. También es importante evitar que el agua se estanque, al regar el jardín o las plantas, por ejemplo, ya que los mosquitos suelen acudir a ella a depositar los huevos.
Las mosquiteras o las plantas de albahaca o menta repelen a los mosquitos, así que colocarlas en la ventana antes de acostarnos puede mantenerlos alejados.
Además, con el buen tiempo es más común realizar cenas al aire libre, en esos casos las velas con olor a limón son una buena opción.
También es muy útil la utilización de repelentes anti-mosquitos.
En caso de que no hayamos podido escapar de las picaduras, existen también algunos remedios que nos permitirán aliviar el picor.
Aplicar amoniaco al poco rato de haber sufrido la picadura es uno de los tratamientos más útiles. Algunas personas reaccionan de manera alérgica ante las picaduras de mosquitos sufriendo dolores de cabeza, fiebre, desmayos, confusión, dolor estomacal o fatiga, además de una fuerte hinchazón en la zona afectada. En estas ocasiones es importante el uso de antihistamínicos, y en casos graves hay que acudir al médico inmediatamente.