'
La leche materna se considera el alimento ideal para el lactante sano nacido a término.
Es el único alimento capaz de aportar al recién nacido todas las sustancias nutritivas indispensables, en las proporciones y equilibrio adecuados al ritmo de crecimiento y maduración de nuestra especie.
Además, la lactancia materna contribuye a establecer el vínculo afectivo entre madre e hijo, constituyendo una experiencia única, singular e intensa.
Por todo ello, la lactancia materna es la más adecuada, por ello la industria fabricante de alimentos infantiles tiene entre sus retos más difíciles diseñar, formular y producir un alimento alternativo de calidad, lo más parecido posible a la leche materna, para aquellos niños que, por diversas circunstancias, no pueden lactar del pecho.
Las nuevas técnicas de investigación y análisis han permitido conocer con detalle los componentes minoritarios, pero de enorme importancia fisiológica, de la leche materna, y las nuevas tecnologías han facilitado la transformación de una materia prima como es la leche de vaca en un alimento parecido a la leche materna.
Es la mejor imitación de la leche materna, la utilización de ingredientes como son los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (DHA y AA), los nucleótidos relacionados con el sistema inmunológico, los prebióticos y los probióticos facilitadores de la instauración de una flora bifidógena óptima en el lactante hacen de la leche para bebés un gran alimento.
Gracias a toda esta labor investigadora, hoy se encuentra en la farmacia una amplia gama de leches infantiles para todos los lactantes, con diferentes composiciones, que incluyen también especialidades pensadas para bebés prematuros, intolerantes a la lactosa, alérgicos a la proteína de leche de vaca, niños con cólicos, e incluso la última generación de leches para el día y para la noche, que reflejan las variaciones circadianas de dichos nutrientes en la leche materna y que favorecen el establecimiento de un ciclo sueño-vigilia totalmente fisiológico.