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El estreñimiento es un desorden de la pared motora del intestino que conlleva un tránsito disminuido de heces. Hay dos tipos de estreñimiento: el ocasional y el crónico (habitual).
El ocasional se debe a los cambios de los hábitos de vida o por alguna enfermedad.
El crónico o habitual se debe a comer una dieta baja en fibra, causas patológicas, movimientos intestinales dolorosos, retención fecal, falta de actividad física, determinadas situaciones (embarazo…).
Puede afectar a cualquiera, así afecta a un 35% de los niños entre 2 y 4 años, y el 75% de los adultos sufren alteraciones gastrointestinales, con una mayor prevalencia en ancianos y población femenina.
Algunos consejos para evitar el estreñimiento: comer una dieta rica en alimentos vegetales, abundancia de líquidos y fibra, realizar ejercicio regularmente (20-30minutos), ir al baño siempre que se sienta la necesidad.
Es buena la introducción de la fibra para evitar el exceso de gases y flatulencias.
Por otra parte, el suministro de bacterias prebióticas ayuda a mejorar la salud intestinal, y son las responsables de fermentar la fibra.
Los beneficios de la fibra son el aumento del bolo fecal (ayuda a eliminar los residuos no digeridos), mantiene una buena función del tracto digestivo y reduce la dureza de las heces.
Las bifidobacterias ayudan a mantener la función inmunológica del organismo, colonizan el colon y ayudan a mantener la salud e integridad del epitelio, además de ejercer una regulación sobre la mucosa intestinal.