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La descamación moderada del cuero cabelludo es un hecho fisiológico normal y se debe a la renovación natural de los corneocitos, que son eliminados de una forma imperceptible, sin embargo, si la descamación aumenta, da lugar a agregados grandes en forma de escamas de color marrón o grisáceo.
Si dicha alteración cursa sin eritema ni inflamación, se denomina pitiriasis del cuero cabelludo, pitiriasis simple, pitiriasis seca o caspa, siendo ya la presencia de eritema e inflamación indicadores de una verdadera dermatitis seborreica.
¿Qué causa la caspa?
En la formación de la caspa se ha involucrado a un hongo saprofito del cuero cabelludo, Pityrosporum ovale, cuya proporción aumenta del 45% normal al 75% cuando existe caspa.
Su actividad consiste en degradar los triglicéridos naturales del sebo cutáneo en glicerina y ácidos grasos libres, estos últimos alteran la capa cornea de la piel por irritación de la misma.
También es importante destacar que se produce una aceleración del ciclo celular epidérmico, que reduce a 7 o 10 días el tiempo que tarda una célula en alcanzar la capa córnea, en lugar de los 20 a 30 habituales.
Así, la capa córnea no tiene tiempo suficiente para una correcta queratinización, facilitando la descamación.
La dieta, los problemas digestivos, el consumo de alcohol también deben ser tenidos en cuenta, así como el estrés y la fatiga.
En la piritiasis simple es característica la presencia de escamas grisáceas, secas y finas que recubren todo e l cuero cabelludo, el rascado produce una descamación blanquecina que es notoriamente visible, al depositarse sobre la ropa o quedar adherida al cabello, lo que afecta negativamente a la imagen social del individuo, al relacionarse erróneamente con una sensación de suciedad o de falta de higiene.
En la piritiasis grasa o esteatoide (caspa tipo dermatitis seborreica) se observan escamas amarillentas, oleosas y adheridas. Como tratamiento pueden utilizarse inhibidores de la proliferación epidérmica: disulfuro de selenio y derivados de la piritiona, agentes queratolíticos como ácido salicílico, resorcina, azufre, entre otros , productos queratoplásticos tal como urea y por supuesto antifúngicos: nistatina y principalmente ketoconazol.